Luchando contra la depresión

Publicado el 14 enero, 2013 | Research

Muchas veces necesitamos de ciertos consejos para estimular nuestra mente

Muchos medicamentos pueden ayudar a la depresión y hay suplementos naturales que son muy poderosos, sin embargo hay un tipo de terapia cognitiva-conductual (CBT) que se centra en el cambio de comportamiento; el Dr Simon Rego, director de Psicología del Centro Médido Montefiore en New Yorh nos relata que las personas se enfocan mucho más en lo que parece que están haciendo y pensando manteniéndolas deprimidas.

Algunos de los métodos extendidos por este profesional se pueden practicar en casa, en sí mismo, sin ningún entrenamiento especial y para iniciar la semana compartimos los mismos, que son como consejos experimentales que pueden practicarse para romper el círculo vicioso de la negatividad en la vida o dentro de un plan de entrenamiento.

No dramatizar

Cuando una persona participa de solo un evento o reunión y se comportan de una manera dramática la tratan como una fuente continua de negatividad; las personas que están desempleadas hacen mucho esto y como han perdido el trabajo por ciertas causas, personalizan todo y hacen poco saludable cualquier encuentro porque para ellas todo es una catástrofe y esperan el peor resultado imaginado.

La solución es no dejar que las preocupaciones, sobre todo el dinero derive en una convicción que pronto dejará a la persona sin hogar; esto aunque sea dificil permitirá en que exista menos negatividad al tratar de alcanzar un objetivo y son los momentos donde las metas deben estar siempre claras como «conseguiré otro trabajo» o «conseguiré llegar a ese físico soñado» y solo puede tomar algún tiempo.

Detener la rabia

Cuando una persona tuvo un conflicto con otra (colega o amigo) y luego sigue obsesivamente pensando en ello, aumenta el enojo, el estrés, y la ansiedad asociada con la memoria, conocida como la rabia, este tipo de pensamiento está vinculado a un mayor riesgo de convertir el trauma en depresión.

La solución es usar la reflexión y resolver los problemas con astucia; la rabia simplemente hace lo contrario, es entonces el moemnto de distraerse, meditar o redirigir los pensamientos (aquí entra la terapia cognitiva-conductual en juego para apoyar a la salud mental).

No usar la bola de cristal

Muy pocas personas o ninguna ha sido bendecida con la capacidad de predecir el futuro, pero las personas deprimidas a menudo se convencen de que saben lo que va a pasar un día, un mes o un año en el futuro y por lo general esto esmalo, por no decir catastrófico porque afortunadamente nuestras predicciones rara vez se hacen realidad.

La solución es mantenerse en el presente que es mucho más manejable al momento de estallar las cosas fuera de proporción; no estamos hablando de planificación, sino de llevarse por las emociones para seguir un camino dejando la razón de lado.

No insistir en el pasado

Es bastante inútil decirse a uno mismo que debería haber hecho esto o no debería haber hecho eso; no se puede cambiar el pasado, pero se puede vivir en el presente.

Basta con aceptar que se ha tomado las mejores decisiones con la información o los recursos que se tenía en ese momento; la retrospectiva es siempre 20/20, así que es mejor tratar de dejarla pasar y no rendirse por los errores percibidos porque tener rabia por el pasado también puede generar ansiedad, al igual que la preocupación por el futuro.

Llegar a los demás

Una característica distintiva de la depresión es el aislamiento porque las personas se alejan de las que tienen problemas; en este caso la revitalización o la ampliación de una red social ofrece una oportunidad para obtener el apoyo, incluso con personas que pasan por lo mismo porque una vez que se vuelve a contactar con otras personas, se tienen la sensación de que todo es entendible obteniéndose una opinión positiva acabando con las situaciones preocupantes y hasta puede ser divertido.

Si se elige la casa para estar en solitario simplemente perpetuará la depresión; al salir con otras personas incluso se levantará el ánimo mientras se sale del problema, que debe ser en todos los casos temporal.

Seguir una rutina estructurada

Aunque sea molestoso para muchos, se debe seleccionar una hora determinada para levantar ese cuerpo pesado sobre la cama, comer la comida la misma hora todos los días (incluso si no hay apetito) y evitar el descanso en el sofá para evitar ir a la cama por la noche.

Las personas que están deprimidas tienden a comer o dormir inconsistentemente, por lo que es muy importante definir y establecer una rutina diaria lo mejor que se pueda; esto le da un sentido a la regularidad que puede ayudar no solo a coger un estado de ánimo positivo, sino incorporar el modelo a la socialización, el entrenamiento físico, el trabajo o los estudios.

Evitar el pensamiento en blanco y negro

El blanco y negro es ideal para las cebras, pero no para los pensamientos; las personas deprimidas tienden a pensar en los extremos desde el pensar ser un perdedor en el trabajo, el amor o en la salud llevando a la mente a un estado triste que siempre va a colorear la vida en una forma de pensar con un sentido negativo.

Estos pensamientos pueden paralizar y dejar de hacer las mismas cosas que hasta en una situación pésima podrían cristalizarse; lo mejor es tratar de pensar en tonos grises en vez de ser muy negativos o extremadamente positivos; la objetividad será el punto de inicio para alcanzar nuevas metas.

Analizar la realidad de los pensamientos

Si una persona es depresiva, los pensamientos negativos están a la orden del día, sin embargo rara vez se basa en la realidad; una vez que se haya identificado un pensamiento negativo se debe buscar una evidencia exacta del porqué pasa todo y porqué hay una desilución personal enorme, siendo importante descubrir que no existe ninguna respuesta.

No se puede ir sacudiendo estos pensamientos de un lado a otro diciendo que son la verdad absoluta; la realidad es que se tiene que tener una evidencia sólida y las demás personas pueden dar una respuesta exacta a todo cuando surgen las preocupaciones.

Seleccionar metas inteligentes

Es mejor optar por objetivos simples y directos que podrá ajustarse fácilmente y seguir; estas metas deben ser pequeñas y que puedan medirse, que sean específicas, alcanzables, limitadas en el tiempo y que sean gratificantes.

El esfuerzo diario de 14 a 12 horas ejecutables pueden ser la base para todo; cualquier persona debe tener un plan semanal que sea realizable y cuando hay mucho por hacer, se debe poner prioridades antes de ejecutar las acciones, que suele ser el problema de gran parte de la población

Fingir un poco

Se debe anotar todo lo que se solía hacer antes de estar triste y deprimido; esto podría ser ir al cine, socializar con amigos, o simplemente ir a la cafetería de la esquina con un periódico.

Luego, uno por uno, es mejor reincorporar de estas actividades en la vida diaria, incluso hay poco entusiasmo al respecto; además de enfocar la mente en las tareas puede dar una sensación de dominio o logro, si se empieza por ordenar el piso o pagar las cuentas, puede ayudar enormemente a aliviar la depresión.

No negar la depresión

Si la situación actual no se asume, simplemente se empeorará; algunas personas no aceptan que están deprimidas y pasan a castigarse hasta llegar a un estrés extremo que arruina complemente a la vida misma y es hasta una situación difícil de recuperar.

Desde otro punto de vista, la aceptación puede aliviar el sufrimiento; en general, conocerse y aceptar la depresión puede permitir que se tome medidas para que todo sea mejor o recibir un tratamiento, en lugar de fingir que todo está bien.

Tratar bien a los demás

Todas las personas deben darse cuenta que al tratar con otras debe hacerlo como si fuera que se está hablando hacia su interior; esta comparación es odiosa pero efectiva porque cuando se trata a los demás con amabilidad o gentileza se abre muchas puertas, aunque sean momentos difíciles.

Si a menudo todo el mundo golpea con actos o palabras, sería preferible usar una única norma; no golpear a los demás y usar una espada poderosa tiene varias aristas como la apertura al diálogo, la serenidad al enfrentar a los problemas, o interactuar con una sonrisa ante las situaciones interpersonales.

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