La alergia alimenticia

Publicado el 4 noviembre, 2010 | Health

Saber que la tenemos es importante para poder establecer un plan dietario o acudir al médico para buscar opciones de modo a mejorar la calidad de vida

El sistema imunológico, o de defensa puede reaccionar a una proteína alimenticia y producir anticuerpos contra la sustancia que él no acepta, la sustancia alergénica. Estos anticuerpos son las inmunoglobulinas del tipo IgE. Cuando el alimento que contiene esta sustancia indeseada es ingerido y entra en el torrente sanguíneo, inmediatamente encuentra la IgE específica para la sustancia citada; esto desencadena la liberación de varios mediadores inflamatorios, entre ellos la histamina, que causan los síntomas de alergia.

Los síntomas varían mucho, pueden ser ligeros como un simple picazón, erupción en la piel, sinusitis o muy graves como crisis de asma, edema en la boca o garganta que dificulta la respiración, acompañado de caída de la presión sanguínea, pudiendo llevar hasta a un paro cardio-respiratorio si la persona no fuere atendida rápidamente.

Los alimentos que contienen las sustancias alergénicas que causan con más frecuencia este tipo de alergia son los frutos del mar, el cacahuete, nueces, la soja e inclusive el huevo. En este caso el mejor tratamiento es mantenerse lejos de los alimentos que desencadenan estas reacciones alérgicas para cada tipo de persona.

La alergia relacionada a las inmunoglobulinas IgGs

Ahora bien, existe otro tipo de alergia que no siempre es detectada con tanta facilidad, porque el organismo no reacciona de manera tan drástica y rápida y los síntomas son mucho más ligeros. Son aquellas que envuelven otro tipo de anticuerpos, las inmunoglobulinas IgG. Generalmente los síntomas no ocurren inmediatamente tras la ingesta del alimento alergénico y puede manifestarse en forma de una incomodidad, nariz obstruida, cefalea, sensación de cabeza pesada, estreñimiento frecuente, acné, fatiga, dermatitis, generalmente en el cuero cabelludo, estornudos, y en los críos resfriados, amigdalitis y dolor de oído frecuentes.Estas reacciones son típicas de quien tiene alergia alimenticia. Los mayores causantes de este tipo de alergia son las queserías.

Otra peculiaridad de este tipo de alergia es que lo consumo del alimento sensibilizante está relacionado al placer, causando una dependencia en el individuo. Las liberaciones de inmunoglobulinas IgGs y las enzimas liberadas son las responsables por este conjunto de síntomas trayendo consigo manifestaciones físicas y emocionales que acaban siendo confundidas con otras enfermedades y tratadas de manera incorrecta.

Algunas personas pueden acabar desarrollando alergia cuando abusan de un determinado alimento como es el caso de trigo. La mayor parte de las alergias alimenticias es una reacción a una proteína contenida en el alimento. En el caso de trigo es la gliadina, una proteína que irrita la mucosa intestinal. Quien tiene alguno de estos síntomas cuando come determinado alimento como mudanza de humor, hiperactividad, dermatitis frecuente, ojeras, coriza matinal, o está siempre cansado o fatigado y con la sensación de cabeza pesada debe sospechar que sea un alergia alimenticia.

Una solución para la intolerancia alimenticia

La alergia a la leche afecta entre un 0,3 hasta el 7,5% de los lactantes según muchas investigaciones realizadas y para el caso del huevo, la prevalencia oscila entre 0.2-1.7% de la población. Como incide y mucho en la persona puede dañar su calidad de vida desde ser crios. La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica tiene un registro que la prevalencia a estas alergias crecen con el trascurrir del tiempo.

El Hospital Clínico San Carlos de Madrid por ejemplo desde el 2006 tiene un tratamiento llamado Inducción de tolerancia oral para aquellos que tienen alergia persistente a las proteínas de leche y luego para pacientes con alergia persistente a huevo; dos importantes alimentos que no deben dejar de tenerse en cuenta en la dieta tanto para la saludo como para entrenar duro en el gimnasio.

Desde hace 4 años se trataron 80 pacientes pediátricos, y el 100% empezó a tolerar esos alimentos. Los crios tratados siempre tienen más de 4 años en el caso de la leche y mayores de 5 en el caso del huevo, siguiendo un tratamiento de unas 4 a 5 semanas tanto para la leche o para el huevo.

Es una recomendación de MASmúsculo que se siga un plan dietario, visitar al médico y hacer ejercicios con frecuencia desde pequeño para que los chavales puedan crecer manteniendo la salud y puedan aprovechar todo lo que nos ofrece la madre naturaleza durante toda su vida.

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