Lo que debemos saber sobre la electroestimulación

Publicado el 1 diciembre, 2010 | Research

Sirve para algunos tratamientos específicos o para complementar algunos programas de entrenamiento en algunos deportes y nunca sustituir al entrenamiento convencional

Según WILLMORE & COSTILL (2000) el proceso de contracción muscular es iniciado por un impulso nervioso motor originario del cerebro o de la médula espinal. El impulso neural llega en las terminaciones nerviosas, denominadas terminales axón, los cuales están localizadas muy próximos del sarcolema o membrana citoplasmática de las fibras musculares. Cuando el impulso llega, esas terminaciones nerviosas secretan una sustancia llamada acetilcolina, que se conecta a receptores localizados sobre el sarcolema. Si una cantidad suficiente de acetilcolina se llega a conectar a los receptores, será transmitida una carga eléctrica en toda la extensión de la fibra muscular, mientras los canales iónicos se abren en la membrana celular muscular permitiendo que el sodio entre; ese proceso es denominado despolarización y resulta en el disparo o generación de un potencial de acción.

La electroestimulación estimula el pasaje del impulso nervioso, llevando el músculo a contraer sin la necesidad de un impulso originado por el propio sistema nervioso. Aparentemente este tipo de intervención surgió para atender (explorar) dos características bastante comunes: pereza e impaciencia. La promesa de una «actividad» en la cual el cuerpo no precisa ni menearse y trae resultados inacreditablemente rápidos y expresivos, en lapsos temporales increíblemente cortos, realmente es muy atractivo; pero no siempre es la mejor opción para obtener ganancias musculares; es por ello que analisaremos técnicamente la electroestimulación.

Existen básicamente dos formas de estimularse eléctricamente un músculo (WEINECK, 2000):

  • Directamente (electrodos posicionados sobre el músculo);
  • Indirectamente (a través del nervio que llega al músculo).

Reclutamiento de las fibras tipo II

La estimulación eléctrica parece favorecer el reclutamiento de las unidades motoras mayores y más susceptibles a la hipertrofia (fibras rápidas), las cuales son difíciles de reclutar en contracciones voluntarias (LAKE, 1992). Según los investigadores esto se daría por dos motivos:

  • El patrón de reclutamiento «del menor hacia el mayor», según el cual las fibras tipo I serían reclutadas en primer lugar, no sería respetado delante de estímulos externos, pues las fibras rápidas poseen un umbral más bajo a la aplicación de corriente eléctrica externamente entrando más rápidamente en acción.
  • Gran parte de las fibras rápidas están localizadas en puntos más superficiales, donde la corriente eléctrica llega con más eficiencia.

A pesar de parecer una ventaja, este punto tiene sus aspectos negativos al interferir en la coordinación intramuscular y no entrenar de forma eficiente las fibras musculares más débiles.

Control de la contracción

Hay mecanismos de fuerza que impiden que los músculos ejerzan más fuerza que los huesos y tejidos pudieren aguantar, o también imposibilita que continuemos ejerciendo fuerza colocando nuestros organismos en una situación de potencial lesión. O sea, al detectar que la contracción muscular podrá llegar a niveles perjudiciales, nuestro sistema envía un mensaje inhibidor al músculo, impidiendo que la acción continúe.

La electroestimulación impide que este mecanismo de feedback actúe, pues el impulso eléctrico continuará siendo generado por los aparatos, aunque la contracción del músculo sea potencialmente perjudicial. De esta forma, la actividad puede exceder el punto hasta donde se llegaría a través del entrenamiento voluntario, proporcionando un entrenamiento intenso y, paradójicamente, sin esfuerzo; sin embargo aumentando la posibilidad de lesiones.

  • SZAREK et al (2003) usaron en conejos un protocolo de eletroestimulación comumente aplicado en niños con escoliosis y verificaron alteraciones patológicas en la morfologia de las fibras musculares.
  • Hay también investigaciones que verifican efectos negativos en otros órganos; KOWALSKI et al, (2001) verificaron alteraciones patológicas en las glándulas adrenales.
  • BOMBA et al, (2001) encontraron testículos con necrosis del epitélio seminífero, atrofia de los túbulos seminales y destrucción de las células de Leydig (productoras de testosterona).

Fines terapéuticos

La posibilidad de trabajar agrupamentos musculares cuyas articulaciones adyacentes están imobilizadas es probablemente el factor más importante de la electroestimulación, con miras a que las actividades motoras son reconocidamente importantes para la regeneración y fortalecimento de las estructuras contráctiles y no contráctiles, como los músculos, tendones, ligamentos y huesos. El uso de electroestimulación en esos casos puede ser extremadamente productivo al minimizar los daños resultantes de la inmobilización (STEIN et al, 200; LAKE, 1992).

Comparación con el entrenamiento convencional

Los investigadores eslovenos realizaron un estudio comparando la eficiencia de dos protocolos de tratamiento conservativo en desórdenes patelares (reflejo tendinoso que se produce en la rótula); ejercicios con cargas altas y bajas repeticiones; y eletrostimulación selectiva del vasto medial.

  • La evaluación clinica y neurofisiológica de los resultados demostraron que el entrenamiento voluntario resultó en mayor aumento de fuerza y funcionalidad que la estimulación eléctrica.
  • Los autores concluyen diciendo que este tipo de entrenamiento (altas cargas y pocas repeticiones) puede ser una buena alternativa como tratamiento conservativo en casos de desórdenes patelares (VENGUST et al 2001).

Investigadores belgas compararon los efectos del entrenamiento con electrostimulación a 100Hz, a los efectos del entrenamiento con contracciones voluntarias. En consonancia con los resultados los efectos de la eletrostimulación son ligeramente inferiores a los obtenidos con contracciones voluntarias. Este hecho se debe, según los autores, a que la electroestimulación actúa solamente en los factores periféricos e intracelulares, mientras las contracciones voluntarias también ejercen influencias en el sistema nervioso central y en los mandos nerviosos para la contracción. Sin embargo, a pesar de la eletroestimulación ser menos eficiente, ella puede ser complementaria, pues los tipos y números de unidades motoras entrenadas son diferentes en los dos procedimientos (DUCHATEAU & HAINAUT, 1988).

LYLE & RUTHERFORD (1988) compararon los efectos del entrenamiento con contracciones voluntarias (50% CVM:contracción voluntaria máxima) y estimulación eléctrica de 30 Hz (que produce fuerza similar a la generada por la contracción a 50% de la CVM) hechas a través del nervio cubital. Los resultados fue un aumento del 79% para el entrenamiento convencional y 74% para la electroestimulación (sin diferencia significativa entre los grupos), con las secuencias temporales de cambio siendo similares en los dos casos. En este caso, los autores ya defienden que, delante de los resultados similares, los factores neurales no son tan importantes.

La diferencia entre los resultados probablemente está en el protocolo usado, pues tanto la frecuencia de la corriente (que se traduce en la intensidad de la contracción) como las cargas relativas usadas en el entrenamiento convencional eran superiores en el estudio de DUCHATEAU & HAINAUT (1988). Es notorio que los entrenamientos con cargas elevadas son más propicios para ganar fuerza por sus efectos neurales.

De esta forma, cuando se comparan entrenamientos convencionales usando cargas elevadas (métodos tensionales) con estimulación eléctrica, probablemente los resultados favorecerán la contracción voluntaria. Sin embargo, en el caso de cargas más bajas, como en métodos metabólicos, la adaptación puede tener mayor relación con factores periféricos, en la cual la estimulación eléctrica actúa de manera más fuerte y, consecuentemente, se obtienen resultados similares entre los dos tipos de entrenamiento.

Estimulación eléctrica y rendimiento

Un grupo de investigadores franceses investigó la influencia de un entrenamiento combinado (eletroestimulación y pliometria) en el salto vertical de jugadores de voley (MAFFIULETTI et al, 2002) y baloncesto (MAFFIULETTI et al, 2000).

La primera prueba con el voley:

  • En el estudio con jugadores de voley, los entrenamientos envolvían estimulación de las extensiones de las rodillas, seguidos por los flexiones en suelo y finalizando con saltos pliométricos. Además de las pruebas «antes y después», fueron realizadas algunas pruebas posterior a dos semanas después de la finalización del experimento, cuando los atletas retomaron sus entrenamientos normales.
  • La segunda semana hubo aumento de la contracción voluntaria máxima (CVM) en 20% y 13% para los extensiones de la rodilla y flexiones en el suelo, respectivamente.
  • Hubo ganancias significativas en los diversos tipos de salto probados, como partiendo de la posición de sentadillas y con contra-movimiento, siendo estas mejoras mantenidas después de dos semanas de interrupción del protocolo experimental.

La segunda prueba con baloncesto:

El estudio con jugadores de baloncesto fue similar, inclusive con la misma duración. Sin embargo, la prueba post-experimento fue conducida cuatro semanas después de la conclusión de los estudios.

  • Los resultados fueron ligeramente diferentes: en este experimento el rendimiento de los saltos con contra-movimiento no tuvo alteración, hecho que puede ser explicado por la ausencia de los saltos pliométricos en el protocolo de entrenamiento.
  • Lo curioso es que después de las cuatro semanas de interrupción, con realización solamente de los entrenamientos convencionales este parámetro fue mejorando en 17% sugiriendo que el sistema nervioso llevó algún tiempo para adecuarse a los cambios locales en relación a la necesidad motora.

Por este motivo, los autores concluyen observando la relevancia y rapidez con que los resultados fueron obtenidos y añadiendo que, si se desee aumentar el salto vertical con el uso de la estimulación eléctrica, la intervención debe contener trabajos específicos, como la pliometria, para que los resultados sean benéficos (MAFFIULETTI et al, 2002).

El estudio de MALATESTA et al (2003) refuerza los resultados del grupo de MAFFIULETTI, inclusive afirmando, nuevamente, que si el objetivo de la estimulación eléctrica sea aumentar la habilidad de saltar verticalmente, se debe usar movimientos específicos después de los entrenamientos para que el sistema nervioso central optimice el control de las propiedades neuromusculares.

Generalizando para los demás deportes: se debe conciliar racionalmente el entrenamiento físico con el trabajo técnico/motor específico, para que el cuerpo convierta sus posibilidades morfofuncionales en ganancias reales relacionada a la actividad.

Conclusión

Sustituir el entrenamiento convencional por la estimulación eléctrica es una mala idea, pues la contracción muscular aisladamente no detiene la capacidad de generar todas las adaptaciones necesarias. Posiblemente el control de realimentación generado por el movimiento (movimiento – contracción) lleva a nuestro sistema a evolucionar, priorizando la calidad de los gestos y causando adaptaciones favorables. Sin embargo, el entrenamiento normalizado fragmentado, característico de la electrostimulación, imposibilita la integración sistemática y genera una adaptación aislada y artificial; esto puede llevar las alteraciones patológicas y pérdida de rendimiento.

La estimulación eléctrica debe ser adecuada al objetivo a ser alcanzado de la misma forma que un entrenamiento convencional, observando su volumen, intensidad, frecuencia y amplitud de la corriente, número de repeticiones, e intervalos entre las series.

La electroestimulación es un procedimiento serio que necesita ser orientado por profesionales especializados; la duración de la contracción, pausa, número de series, amplitud de la corriente, frecuencia de estímulos y demasiado factores deben ser controlados de modo a que provea resultados positivos, minimizando los daños. Es imprudente comprar aparatos vendidos engañosamente a través de la promesa de resultados irreales y usarlos de forma descontrolada. En los casos en que la electroestimulación realmente fôr útil, un profesional sabrá indicarla.

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