La fructosa induce al estrés

Publicado el 11 julio, 2013 | Research

Los alimentos industrializados y un mal diseño de la dieta puede destruir cualquier plan de entrenamiento

Una dieta que contiene grandes cantidades de fructosa es menos saludable de lo que probablemente se pensaba porque no solo conduce a un aumento gradual del peso, sino también aumenta la actividad de la hormona del estrés cortisol; unos bioquímicos serbios han demostrado en una investigación hecha con roedores de laboratorios que la fructosa presente en los alimentos procesados en forma de azúcar, jarabe de glucosa-fructosa, o zumos de frutas tienen energía oculta, se involucra directamente con el apetito y con el metabolismo basal.

Los bioquímicos de la Universidad de Belgrado publicaron en el Journal of Nutritional Biochemistry los resultados de un estudio en el que se examinó otro aspecto potencialmente letal de la fructosa; el efecto del cortisol en las células grasas y la investigación sirve de apoyo para la industria de la suplementación porque se está trabajando en el desarrollo de productos para adelgazamiento que desactiven la hormona en los depósitos de grasa mediante el bloqueo de la enzima 11-beta-HSD-1.

Esta es la enzima que convierte la hormona cortisona inactiva en el cortisol, la hormona activa; el cortisol es una hormona del estrés que inhibe el crecimiento muscular pero estimula el crecimiento de las células de grasa.

Los investigadores estudiaron a dos grupos de ratas macho de laboratorio; 

  • Un grupo recibió agua potable ordinaria [Control], y al otro se le dio el agua potable con 10% de fructosa.
  • Después de nueve semanas, las ratas en el grupo de la fructosa comieron más que los animales en el grupo de control. 
  • Las ratas que consumieron fructosa tenían más grasa más abdominal que las ratas de control, pero la diferencia no fue estadísticamente significativa.

La cantidad de ácidos grasos libres [NEFA] en la sangre de las ratas que consumieron fructosa fue significativamente mayor que la cantidad en las ratas de control; la explicación es que si se quema los ácidos grasos libres no hay problemas, pero si no, entonces una alta concentración de ácidos grasos libres en la sangre significa un desastre a largo plazo porque éstos se acumulan en los músculos y órganos, saboteando su funcionamiento.

La dieta de fructosa no aumentó el número de receptores de cortisol [GR] en las células de grasa, pero los investigadores encontraron números considerablemente más altos de receptores de cortisol en los núcleos celulares; éstos fueron probablemente receptores activados por el cortisol, que a continuación, transmiten instrucciones hacia el ADN en las células de grasa.

En las células de grasa, se encontraron más de 11 beta-HSD-1 y más H6PDH; la H6PDH es una enzima que proporciona energía a 11-beta-HSD-1, por lo que puede llevar a cabo su trabajo y aunque la investigación no fue capaz de confirmar la teoría de que los bloqueadores de 11-beta-HSD-1 y H6PDH reducían la actividad de las mismas, no se observó un aumento significativo de la grasa abdominal, lo cual indica que una dieta baja en fructosa es interesante también para reducir el estrés y enfrentar un programa de entrenamiento con mayor eficacia.

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