Serina

Publicado el 9 septiembre, 2009 | Wiki

Necesaria para el metabolismo de grasas y ácidos grasos, crecimiento y mantención de tejido muscular y adecuado funcionamiento del sistema inmunológico

La serina es un aminoácido no-esencial (es decir, que puede ser sintetizado por el organismo) para la puesta en marcha del organismo. En este caso, el organismo sintetiza cantidades suficientes de este aminoácido de acuerdo con sus necesidades. Sin embargo, este aminoácido también puede ser ingerido a través de la alimentación o suplementos. Cuando es necesaria, la L-serina es producida en el organismo a partir del 3-fosfoglicerato, un compuesto intermediario de la glucolisa (nombre dado al proceso de fractura de la molécula de glucosa para la producción de energía en el organismo). Puede también ser sintetizada a partir del aminoácido glicina, en presencia de ácido fólico (vitamina B9), niacina (vitamina B3) y vitamina B6.

Las principales fuentes de L-serina son carnes por regla general, productos a la base de soja, leche y derivados, gluten, cacahuete, almendra, nueces, castaña-de-anacardo, frijol, centeno, cebada, maíz, patata, setas, calabaza, ajo, hortalizas por regla general, bien como diversas frutas. Como suplemento, la L-serina está disponible en formulaciones, asociada a otros aminoácidos.

Importancia de la serina

  • En el organismo, este aminoácido tiene como función la producción de los aminoácidos L-cisteína (a partir de la reacción de la L-serina con la homocisteína y L-triptofano. 
  • Forma parte de la composición de proteínas y enzimas, en la cual pueden ser citadas las serina-proteasas, familia de proteínas donde están incluidas las enzimas digestivas quimiotripsina, elastasa y tripsina, así como la trombina, una enzima de coagulación. 
  • La L-serina también es convertida a piruvato (uno de los compuestos precursores a la síntesis de energía) en el organismo. Por ser un aminoácido integrante de proteínas y ciertas enzimas, la L-serina es necesaria para el metabolismo de grasas y ácidos grasos, para el crecimiento y mantención del tejido muscular y para un adecuado funcionamiento del sistema imunológico (sistema de defensa del organismo).

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