aceite de pescado

Aceite de pescado: ¿lo usas correctamente?

Publicado el 9 enero, 2021 | Research, Suplementos

El aceite de pescado, un aliado de la salud y del rendimiento podría ser un rival si no lo usas correctamente.

Aunque suena impresionante, el aceite de pescado que consumes como parte de tu alimentación, podría estar causando algunos problemas en tu organismo, pero, ¿se puede resolver?.

Cuando se usa correctamente, el aceite de pescado puede hacer que tu sistema cardiovascular sea casi indestructible, eliminar parte de la inflamación, mejorar tu sensibilidad a la insulina y convertirte en una máquinaria “quemagrasa”.

Pero, es posible que no estés experimentando esos grandes beneficios y, aunque  tomas diariamente las cápsulas, no sientes ninguna diferencia.

El problema es que muchas veces no tienes una comprensión fundamental de cómo funcionan los ácidos grasos omega-3 y, esta falta de información lo puede convertir en un suplemento cuestionable.

El error sobre el aceite de pescado

¿Por qué nos equivocamos al tomar aceite de pescado?… la verdad es que muchos  deportistas que lo toman han pasado por alto estos puntos cruciales:

  • Demasiados ácidos grasos omega-6 en la dieta provoca o, inflamación innumerables enfermedades, resistencia a la insulina y obesidad.
  • Pocos ácidos grasos omega-3 evita la posibilidad de contrarrestar los efectos negativos de los ácidos grasos omega-6.
  • Los omega-6 y los omega-3 compiten entre sí por el espacio en la membrana celular y en este caso debe haber un equilibrio

Para entender por qué podrías estar equivocándote, debes conocer la fascinante historia de cómo llegamos al punto de necesitar tomar cápsulas de aceite de pescado en primer lugar.

Todo se reduce al interés de los fabricantes de alimentos, que desean  producir alimentos con materia vegetal que dure mucho tiempo:

  • La razón por la que las hojas se echan a perder tan rápidamente, es que contienen una gran cantidad de ácidos grasos omega-3.
  • Mientras, que las semillas y granos de larga duración contienen una gran cantidad de ácidos grasos omega-6, que sirven como reserva de energía para el desarrollo de las plántulas.

Además, los omega-6 son mucho más estables químicamente, por lo que no es casualidad que entre el 60 y el 90% de los alimentos del mundo provengan de semillas y granos.

Casi todos los alimentos procesados de hoy provienen de uno de los tres o cuatro granos grandes, como los aderezos para ensaladas, los aceites de cocina, la mantequilla de cacahuete, los bocadillos de cualquier tipo y todo lo envasado en está lleno de omega-6.

Debido a que estos granos son baratos y abundantes, sirven para alimentar  todos los animales (a veces hasta pescados) que estamos interesados ​​en comer… ¿te quedo claro?…

Como afecta esto a tu salud

Como resultado del mundo de los negocios de los alimentos procesados, la proporción de omega-6 a omega-3 está fuera de control, una desproporción de 10, 20 o incluso de 25 a 1, cuando debería ser de 3 a 1.

Por supuesto, somos lo que comemos, por lo que nuestra proporción no es diferente a la de los alimentos de origen animal que consumimos.

Tampoco se puede descartar la teoría de que «la grasa es igual a un ataque cardíaco» que salió a la luz en los años 70, donde la gente comenzó a evitar las grasas saturadas de los animales y se cambió a aceites de semillas.  El problema fue que, al menos en ese entonces, las grasas animales contenían cantidades respetables de ácidos grasos omega-3 y los aceites de semillas no.

Del mismo modo, las personas que pasaron de la mantequilla a la margarina, tuvieron el doble golpe de una alta concentración de omega-6 y una alta concentración de ácidos grasos trans, que son una “raza” completamente diferente de demonios dietéticos.

Si una persona de tu entorno tiene o falleció de alguna enfermedad cardíaca o un derrame cerebral, probablemente esto tuvo algo que ver con eso.



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El equilibrio es la clave

Claramente, si pudieras mantener la proporción de ácidos grasos omega-6 con respecto a los ácidos grasos omega-3 en aproximadamente 3 a 1, como lo pretendía la naturaleza, estarías el camino correcto.

En busca de ese equilibrio, deberías pensar en tomar cápsulas de aceite de pescado, con la premisa de que los peces en la naturaleza comen algas, un material vegetal que contiene una gran cantidad de omega-3.

Un dato importante que debes conocer, es que  los omega-6 y los omega-3 parecen   competir entre sí por el espacio en la membrana celular y, en consecuencia, por la atención de varias enzimas pro o antiinflamatorias. .

Entonces, no puedes simplemente tomar algunas cápsulas de aceite de pescado y esperar que todo encaje en su lugar, puesto que también deberías reducir simultáneamente tu ingesta de omega-6.

  • Evita la mayoría de los alimentos procesados  que vienen en cajas o bolsas de polietileno, ya que tienen una  alta concentración de omega-6.
  • Evita los aceites de cocina como el de girasol, soja, maíz, cártamo y semillas de algodón y, en su lugar, utiliza aceite de oliva o versiones con alto contenido de ácido
  • Aléjate de los alimentos fritos en restaurantes, ya que casi siempre se fríen en aceites de cocina con alto contenido de omega-6.
  • Elije carne de res alimentada con pasto durante todo su crecimiento, ya que todo el ganado se alimenta inicialmente con pasto, para luego engordarlo con granos.
  • Consume más alimentos verdes siempre que sea posible, en lugar de alimentos derivados de semillas.

En todo caso, cuando quieras entrenar y analizas una dieta, un prueba analítica podrá medir tu proporción de ácidos grasos omega-6 / omega-3, para empezar tomar los recaudos y superar la deficiencia de omega-3

El aceite de pescado y tus objetivos

Es de particular relevancia la naturaleza antioxidante y antiinflamatoria aguda relacionada con el ejercicio del aceite de pescado, el cual contiene los compuestos EPA y DHA.

El ejercicio de alta intensidad y el entrenamiento con pesas provocan un aumento de la inflamación y la oxidación.

Desde este punto de vista, reducir esta respuesta es beneficioso para mejorar la recuperación muscular y del sistema nervioso.

Por un lado sirve para reducir la inflamación con el paso de las horas, siempre que sea tomado con el tiempo necesario después de entrenar (y no inmediatamente después para no interferir con los procesos anabólicos/catabólicos necesarios para la hipertrofia).

Por otro lado apoya la síntesis de proteínas musculares y limita la degradación de proteínas musculares; esto puede significar menos catabolismo y más anabolismo, incluida la facilitación de transporte de nutrientes a las células musculares.

Se ha demostrado también que el aceite de pescado, en particular EPA, funciona sinérgicamente con el HMB.

Si bien esto es genial a nivel «teórico», es efectivo para reducir la degradación de las proteínas musculares.

Dado que el EPA puede mejorar la síntesis de proteínas musculares, también puede ser útil tomarlo con leucina, BCAA o proteína de suero, que también apoyan la síntesis de proteínas musculares.

¿Es el momento de cambiar tus hábitos alimenticios?

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