Dieta para culturismo: ¿recuperación o inversa?
Mantener una dieta para culturismo no puede ser obsesión todo el año, más aún después de una competición.
Cuando las personas piensan inicialmente en el culturismo, es normal imaginar a una persona trabajadora que sigue un plan muy meticuloso y hace dieta para culturismo, para una fecha de competición específica.
Sin embargo, la dieta para culturismo no «termina» en el momento en que el atleta baja del escenario. Le sigue un período posterior al espectáculo que puede determinar en gran medida la experiencia general de un culturista y su posibilidad de tener una carrera sostenible y duradera en él.
Las diversas dietas, ¿por qué?
Aquí es donde entran en juego los términos “dieta de recuperación” y “dieta inversa”. Si bien todavía hay cierto debate sobre la definición exacta de estos dos, explicaremos nuestra interpretación y la razón por la cual abogamos.
El término dieta de recuperación habla por sí mismo, ya que el objetivo general es RECUPERARSE de una temporada de dieta para culturismo crónica experimentada en una preparación de competición.
La dieta de recuperación alienta a los culturistas a ganar entre un 5 y un 10% de su peso dentro de las primeras 4 a 8 semanas posteriores a una competición de referencia.
Esto es con la intención de acelerar la ganancia de grasa corporal y hacer que el culturista vuelva a un rango de grasa corporal «saludable» más temprano que tarde.
Después de esto, en una dieta para culturismo se aconseja que reduzcan su tasa de ganancia y que tengan un superávit controlado que les haga ganar un 0,5-1% de peso en promedio por mes. Esto es hasta que llegan a un punto en el que un mayor aumento de peso se considera improductivo.
Sin embargo, todavía se puede implementar una dieta inversa con buenas intenciones para ayudar a un competidor a recuperarse después del espectáculo.
La realidad, ¿cómo llevarla?
Si se cumplen y siguen correctamente una dieta, los pequeños aumentos semanales en los alimentos de aproximadamente 100 calorías aún se podrá seguir en déficit y, por lo tanto, prolongar el período de dieta.
Si bien esta puede ser una estrategia útil en algunas circunstancias, hace mantenerse de forma “insana” en las competiciones. Para la mayoría de los que siguen una dieta para culturismo, especialmente después de subir a la tarima, esto es innecesario.
Es obvio que un culturista en óptimas condiciones estéticas no necesariamente se encuentra en su mejor estado de salud, y esto se correlaciona en gran medida con su nivel de grasa corporal.
Por lo tanto, argumentamos que es imperativo priorizar la salud después de subir a la tamira, sobre todo en una dieta para culturismo.
Aquí, aceptar cierta ganancia de grasa tendrá efectos positivos en el rendimiento, los marcadores hormonales, la disponibilidad de energía, la calidad del sueño y la longevidad general en el deporte que todos amamos.
Cuando reunimos a los mejores profesionales, desarrollamos una mesa redonda sobre el mejor sistema de dieta, ¿estáis de acuerdo?.
