Previniendo la lumbalgia

Publicado el 6 mayo, 2013 | Health

Es posible tratar o retardar la aparición de un problema crónico

Cuando aparece la lumbalgia el dolor crónico es persitente o recurrente, dura por lo menos tres a seis meses y hasta incapacita a la persona que lo sufre; al contrario del dolor agudo, cuya duración es limitada, el dolor crónico se prolonga en el tiempo comprometiendo verdaderamente a todo el organismo y por ello es muy estudiado los diversos tratamientos en el mundo científico.

En un estudio reciente hecho en Europa, 36% de las personas consideraron que este tipo de dolor interfiere en sus funciones y responsabilidades en el trabajo y en casa; pero cuando hablamos de atletas, esto verdaderamente es fatal, porque termina derrumbando cualquier plan de entrenamiento si no se sabe tratar emocional y físicamente.

Los médicos especialistas en terapéutica del dolor citan que las lumbalgias son la principal causa de este dolor crónico; cerca de 40% de las personas que sienten ese dolor crónico tienen lumbalgias que son más frecuentes en las personas de mayor edad, debido a que las artrosis de la columna se van formando en la zona cervical y lumbar con el paso del tiempo.

A partir de una cierta edad las juntas de la columna comienzan a desgastarse y esto dificulta los movimientos y provoca dolor; las señales de alarma más comunes son la dificultad de movimientos, principalmente al despertar y cuando permanecemos mucho tiempo en la misma posición.

Aunque las artrosis de la columna es inevitable, es posible retardar su aparición siguiendo los siguientes cuidados: 

  • Practicar ejercicio físico regularmente, de forma a mantener una buena masa muscular que soporte correctamente el peso del cuerpo.
  • Mantener el peso controlado haciendo una dieta adecuada a las necesidades calóricas.
  • Adoptar la postura correcta en las tareas del día a día, como por ejemplo, mantener la zona lumbar bien recostada a la silla y el ordenador al mismo nivel de los ojos.
  • Usar suplementos para proteger el sistema músculo-articular, sin dejar de lado los ácidos grasos y los multivitamínicos; es obvio que la proteína en sus diversas formas es fundamental en el proceso.

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