Acido pantoténico

Publicado el 6 octubre, 2009 | Wiki

Ayuda a salud de cabello, uñas, piel y a las defensas del organismo

Conocida también como vitamina B5, es un micronutriente esencial para el organismo, que existe naturalmente en los alimentos y también en la forma de suplementos. Es un ácido orgánico opticamente activo y su acción vitamínica en el organismo resulta de su incorporación en la co-enzima A. En condiciones normales, el organismo necesita de cantidades muy pequeñas de esta vitamina para su buena puesta en marcha. Cuando es ingerido, el ácido pantoténico es activado en coenzima por el organismo, forma que será distribuida al organismo. Esta co-enzima es uno de los componentes claves en el metabolismo.

Importancia del ácido pantoténico

Desempeña muchas funciones importantes, contribuyendo, como todas las otras vitaminas, a que el organismo esté siempre en equilibrio, trabajando en sintonía para la mantención de la salud. Constituye una de las diversas vitaminas pertenecientes al complejo B y, como todas ellas, forma parte del grupo de las vitaminas hidrosolubles.

  • Auxilia en la formación celular, en el crecimiento y desarrollo normal, inclusive del sistema nervioso central. 
  • Actúa en la producción energética, siendo esencial para la utilización del azúcar y de las grasas por el organismo, bien como en la síntesis de aminoácidos, ácidos grasos, esteroles y hormonas esteroides, así como elemento esencial para la formación de porfirina (porción pigmentar de la molécula de la hemoglobina). 
  • Es también fundamental para la puesta en marcha normal de las glándulas suprarrenales; auxilia en la formación de anticuerpos y es necesario para la utilización de la colina (vitamina) y del PABA (aminoácido) por el organismo. 
  • Además, participa en la síntesis de colesterol y acetilcolina (neurotransmisor), cuya forma activa principal del ácido pantoténico es la coenzima A.

Como suplemento, el ácido pantoténico puede presentar actividad antioxidante, antiinflamatoria y puede mejorar la actividad del sistema inmunológico. Existen evidencias de que pueda controlar la artritis reumatoidal.

Los síntomas de su deficiencia son: problemas circulatorios, caracterizados por hormigueo de los pies y piernas, náuseas, somnolencia, languidez, anorexia, calambres abdominales, dolores epigástricas, flatulencia (formación excesiva de gases intestinales), aumento de la incidencia de infecciones respiratorias (trato respiratorio superior) y dermatitis (inflamación de la piel).

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