Tres facetas para mejorar la movilidad y la flexibilidad

Publicado el 13 diciembre, 2020 | Workout

Las tendencias recientes dentro del deporte como el movimiento natural y la aptitud funcional tienen al colectivo obsesionado con la movilidad y la flexibilidad más que nunca.

Si bien la obsesión por la calidad del movimiento, la movilidad y la flexibilidad son pasos en el camino hacia un rendimiento óptimo, la mayoría necesita expandir su pensamiento y su práctica fuera de su rutina típica de gimnasio.

Aspecto 1: trabaja tus tejidos blandos

El trabajo de los tejidos blandos es un aspecto relevante para mejorar la movilidad y la flexibilidad, pues sin él, todos los demás aspectos son discutibles.

Ésta es la forma más conocida y más practicada de mejorar las capacidades relacionadas a estos dos elementos.

Quizás este sea el enfoque más intuitivo o quizás el que te guste más, porque puede ser en gran parte pasivo.

Cualquiera que sea el caso, a menos que seas un principiante, probablemente comprendas que para mejorar la forma en que tu cuerpo se mueve para liberar tejido tenso, acortado o hipertónico (tensión muscular residual o en reposo) debes trabajarlo.

Afortunadamente, el tejido responde con bastante facilidad cuando se lo solicita de manera adecuada y el cuerpo se adapta a las demandas específicas que se le plantea.

Si deseas un poco más de flexibilidad en un rango específico, dedica tiempo a empujar hacia un rango máximo y lo lograrás.

Ahora bien,  si quieres liberar un problema en un grupo muscular tenso, deberías pensar en la liberación miofascial, a través de cualquiera o todas las innumerables técnicas y el tejido responderá.



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Aspecto 2: despierta los músculos opuestos

Fortalecer el lado opuesto es otro aspecto importante para mejorar la movilidad y la flexibilidad y, esto lo lograrías al desarrollar la fuerza.

Normalmente, en cualquier caso de flexibilidad deficiente o inadecuada, un grupo de tejido se acorta, se tensa o se sobreactiva mientras que el tejido opuesto está laxo, débil o no encaja correctamente.

Un ejemplo clásico es el de la hipercifosis;

  • La clásica postura del trabajador de escritorio, que tiene una espalda superior redondeada, los hombros hacia adelante y la cabeza y el cuello hacia adelante.
  • El tiempo que pasa en esta posición generalmente resulta en un acortamiento o tensión de todo el tejido en el pecho, la parte delantera de los hombros y la parte delantera del cuello.
  • A la inversa, el tejido en la parte superior de la espalda y los hombros posteriores se desconectan y debilitan.

El objetivo con este segundo aspecto es fortalecer la mitad débil; para el ejemplo de hipercifosis, esto significa fortalecer todos los músculos de soporte postural trasero en la parte superior de la espalda y los hombros posteriores… en cierto modo, también se puede hablar de trabajar los músculos sinérgicos…

Aspecto 3: cambia de hábitos

El cambio de hábitos el tercer aspecto para mejorar la movilidad y la flexibilidad, pues nada del trabajo para deshacer la tensión y fortalecer los músculos opuestos durará si no te asegura de mantenerte así.

Este es el aspecto más impopular de hacerlo, porque todo el trabajo diligente que hace en los otros dos aspectos no signifique nada si no lo mantienes en todos los demás aspectos de tu vida.

Para cambiarte a ti mismo necesitas cambiar tu entorno, tus hábitos y la forma en que te mueves y entrenas de acuerdo a tus objetivos.

Esto significa mantener tu sistema músculo-articular para que reciba el duro castigo de los entrenamientos, y, con ellos reducir las posibilidades de lesiones y enfermedades relacionadas con los huesos o tendones.

Recuerda, que debes ser honesto acerca de lo que le estás pidiendo a tu cuerpo porque tu tejido obedecerá.

Si trabajas en los otros dos aspectos de la movilidad y la flexibilidad durante una hora cada día, pero luego sales del gimnasio y asumes los mismos patrones laborales y de vida que siempre has tenido, ¿qué debe pensar tu cuerpo?.

Esa hora de trabajo te parecerá una novedad comparada con el resto de tu vida t tu cuerpo tendrá poca demanda para adaptarse.

Hay dos formas de ajustar tu postura y patrones a lo largo del día.

  • El primer enfoque es usar la intención simplemente prestando atención a cómo estás sentado, parado, caminando y moviéndote.
  • La segunda forma es cambiar tu entorno ajustando la altura de tu escritorio, los ángulos del asiento, las posturas, etc.

También puedes configurar recordatorios para moverte (o al menos cambiar de posición) a intervalos regulares.

¿Cuál es tu rutina invernal?

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